quiero destrozarme el pelo. Quiero ponérmelo de todos los colores que puedan existir, y ponerme ropa que nadie fuese capaz de imaginar. ¿Para qué? Para romper la rutina, para cambiar esta monótona vida. Y la de los demás. La gente me vería por la calle, se me quedaría mirando, seguramente dirían que estos jóvenes de hoy en día no saben vestir, o les haría gracia. Luego se olvidarían de mi, puede que ya no me vuelvan a ver más, pero habría cambiado su día, aunque solo fuese un segundo.