domingo, 22 de junio de 2014

Ampútame de ti

Vete, no vuelvas, no te sientas mal. Digamos que yo te doy el honor de echarme de tu vida. No me voy, puedes echarme si quieres, quitarme con un corte. Te doy el derecho a hacerme todo el daño que quieras, a mandarnos a mis demonios y a mí a donde te de la gana.
Siempre lo has querido, siempre los has odiado. Supongo que no te enseñaron a vivir con ellos. A mí sí, se convierten en parte de ti, así que prefiero irme con ellos a que acabes odiándome a mí.

De todas formas no he venido a echarte en cara que no te gusten, porque a nadie les gusta, son demasiado suyos, no caen bien. Supongo que son demasiado parecidos a mí como para odiarlos. No nos guardes rencor,  y nosotros no volveremos a pedir que nos dejes volver.

Sólo te pido una cosa: Si me quitas de un corte, que el corte sea limpio. Si me echas de tu vida, cierra la puerta con llave después de irme. Si me haces daño, no me des esperanzas. Porque eso, los restos de un amor, eso si que duele.

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