jueves, 26 de septiembre de 2013

Ser como un niño, un niño con su globo

Todos nos sentimos niños alguna vez, y no es malo, ser adulto cansa a veces, y volver a la época en la que todo era más sencillo es incluso bueno.

Y es mejor aun cuando nos sentimos como niños con un globo. Ya sabes, ese globo tan bonito que te compraban a veces tus padres. Sólo que esta vez es una persona, esa persona que os hace sentir como si fueras pequeñitos a su lado, con la que sonreís todo el rato porque sí, porque la vida es genial y tú tienes tu globo de colores chillones.

Pero de todo hay una parte mala, y a veces hace viento, y ese viento intentará llevarse a tu globo, ¡Pero no! ¡Ese globo es tuyo! Y tiras fuerte de él hacía abajo, para que se quede contigo, y así seguirás el tiempo que haga falta hasta que pase la tormenta, hasta que estés seguro de que tu globo no se moverá.

¿Y esa gente ajena a ti que de repente se encariñan o se encaprichan de tu globo? ¡Y ahí si que nos volvemos unos niños! Abrazamos ese globo con todas nuestras fuerzas mientras pensamos "¡Aléjate! ¡Aléjate de mi globo!". Al final no paras de luchar por él, a veces por amenazas de verdad, a veces porque tú te sientes amenazado por tonterías, pero te da igual, hay que defendedlo sea como sea.

Y quizás, un día... se va.

Así, sin más.

Te descuidas y de repente tú globo está volando lejos, intentas cogerlo, saltas con todas tus fuerzas, le gritas. "¡Globo! ¡Globo vuelve! ¡Por favor!". Pero no vuelve. Sigue su camino sin decirte si volverá o no. A veces vuelve, cuando menos te lo esperas tienes a tu globo al lado, como si nunca se hubiera ido.

Es increíble como te puede hacer sentir. Antes de que llegue se te seca la boca, el cerebro te va muy deprisa, pero no consigues saber que le dirás cuando llegue, si que le echabas de menos, un simple hola... Piensas que tus piernas no reaccionarán, que te quedarás en el sitio quieta como una estatua. Y el corazón, buah, parece que se te va a salir del pecho, va tan rápido que piensas que se está chocando contra tu pecho, te duele de tanto nervio. Y vuelves a menguar, a ser pequeña.

Y te da igual si se volverá a ir durante un tiempo indefinido, porque en ese momento, y en ese lugar, vuelves a ser un niño.

Un niño con su globo.


sábado, 14 de septiembre de 2013

Mi la vida es un desastre.

Nunca comienzo las conversaciones con la gente cuando son por chat. No es que no quiera o no me importen esas personas, simplemente no sé empezar a hablar. Muchas veces me he quedado mirando la pantalla del móvil con el chat de alguna persona abierto, y al final lo he cerrado sin decir nada por miedo a hacer el ridículo o a molestar otras conversaciones que este teniendo. O porque no sé que decirle exactamente.

También me he quedado muchas veces al borde de decirle a alguien cualquier cosa, a un músico callejero que toca genial, a una compañera que ha aprobado que enhorabuena, que sabia que lo conseguiría. No consigo aguantar la vista a nadie nunca, al final agacho la cabeza (que no miro a otro lado, que agacho la cabeza).

Cuando viene alguna visita a casa, me quedo en mi habitación hasta que mi madre me llama para que salude de una vez, entonces voy, digo (o susurro) un "hola", me quedo 5 minutos de pie mirándome los zapatos y luego vuelvo a mi cuarto.

En los grupos de gente no suelo hablar. Me gusta ver a la gente hablar entre sí, pero no suelo aportar nada. Simplemente me gusta observarlos, que se olviden de mí.

En clase los profesores nunca me llamaban la atención, no me cambiaban de sitio por hablar, sino que me ponían al lado del que más hablaba para que el otro se quedase tranquilo. No me sorprendería que algunos profesores no supieran como era mi voz hasta el tercer trimestre. Tampoco creo que les importara, solo a veces se lo comentaban a mis padres "no colabora en clase", "es como si no viniera, no se hace notar",...

Las relaciones sociales no son mi fuerte. A veces me sorprendo de tener amigos.

Se me cae todo con demasiada frecuencia, y yo también me caigo demasiado. Actúo por impulsos, no pienso en el qué pasará después. Soy extremadamente infantil, sonrío por cosas que otros consideran tontas,  me hago preguntas estúpidas y hago cosas estúpidas, como que forma tiene una nube y mirar la primera frase de la página 45 de todos los libros.

De repente me pongo a reír porque una paloma persigue a otra, y me pongo a llorar porque me siento sola. Y todo eso puede pasar en la misma media hora.

A veces me siento muy muy muy sola, o siento que me van a reemplazar, me pongo a llorar sin decírselo a nadie, porque (como dije al principio) no quiero molestar. O igual estoy hablando con alguien diciéndole que algo que ha hecho/dicho no me importa cuando realmente me ha destruido un poquito, pero da igual, se me pasará, como todo (o eso espero).

En resumen se diría que mi vida (o tu vida, si te pasa igual) es un desastre curioso, o que yo voy por la vida en silencio, intentando no molestar. Sin dejar huella en ningún sitio. Irme como vine. Sin que nadie sepa de mí.


martes, 10 de septiembre de 2013

Bulletproof Heart

Cintia sale del instituto. Luca le sigue.
CINTIA
Esto es increíble... Es increíble...
LUCA
Cintia, tranquilízate, no tienen porque...
CINTIA
¡¿Por qué, qué?! ¿Qué no tienen por qué tener razón? ¿Qué igual no soy ese ser horrible que acaban de describir ahí dentro? ¿Qué más da si es la verdad o no? ¡Toda esa gente piensa que soy un monstruo! ¿Sabes lo que es sentir tanto odio? Da igual si tienen razón o no, me odian, me consideran la peor persona del planeta.
LUCA
Solo son los idiotas del instituto...
CINTIA
No, es el mundo, solo he sentido amor de una persona, y se suicidó, se suicidó y no me dio ninguna explicación. ¿Esto va a ser mi vida? ¿Una caída tras otra hasta que llegue el día que no me levante? ¿No voy a tener a nadie que me ayude a levantar?

Cintia se desploma en el suelo tapándose la cara. Llorando. Luca se arrodilla a su lado

LUCA
Cintia...
CINTIA
(gritando)
¡¡No puedo más con todo esto!! ¡¡No quiero enfrentarme al mundo sola!!
LUCA
(abrazandola)
No estás sola Cintia... me tienes a mí. Siempre.

domingo, 8 de septiembre de 2013

En este instante...

En este mismo instante alguien se despierta en la ciudad y alguien cierra sus ojos para dormir o para soñar o simplemente para no ver su realidad. Alguien espera en una esquina, y alguien camina sin rumbo calle abajo. Una pareja discute y un ejecutivo corre hacía su puesto de trabajo.

En este mismo instante alguien se besa bajo la tenue luz de una farola. Alguien mata y guarda su pistola. Una mujer enciende una gramola y aquella vieja canción no la hace sentirse tan sola. Un anciano dice hola y un recién nacido dice adiós, o hasta nunca, o hasta siempre, mientras alguien de repente siente que una vida crece en su vientre. Una chica se despide de su novio en un andén mientras se sube en ese tren que acelera trepidante. Alguien distante, bucea en un vaso de vodka, uno tras otro, y otro, y ya van doce. Una niña se mira en un espejo y apenas se reconoce.  Un marido se tira a una mujer que apenas conoce.

En este mismo instante un estudiante cierra un libro y sabe que lo aprendido le hace sentir mas sabio y también mas confundido. Una mirada se cruza entre dos desconocidos, que si se hubieran conocido, serían el uno para el otro. Alguien vende su cuerpo y alguien compra medicamentos para perder parte de él.

En este mismo instante, un chico rico se mete un pico para sentirse a salvo, y un chico pobre se mete en un equipo para ser como Ronaldo. Alguien haya un resguardo en el sueldo de un trabajo fijo, y alguien en un crucifijo, y alguien en el cobijo de un cartón que sirve de escondrijo.

En este mismo instante, un hijo ejemplar es feliz comiendo regaliz y una madre que sabe que su amor no sera barniz ante otra cicatriz de su problemático hijo.

En este mismo instante, alguien abre un regalo y alguien un bote de barbitúricos. Alguien abre su mente y alguien abre sus piernas. Alguien dice que no me dejes nunca, y alguien dice que no quiere que vuelvas.

En este mismo instante, un presidiario charla consigo mismo tan solitario. Una familia numerosa se sienta a cenar y lo único que se oye es el telediario.

En este mismo instante, alguien está viviendo una mágica experiencia y alguien sube a una ambulancia de camino a urgencias. Alguien está dando clases, alguien tumbos. Alguien está dando las gracias y alguien gritos de socorro.

En este mismo instante, una pareja hace el amor apasionadamente y un ejecutivo sale de su puesto de trabajo. Alguien sigue esperando en esa esquina y alguien camina sin rumbo calle arriba.

En este mismo instante, alguien se despierta y alguien cierra sus ojos.


jueves, 5 de septiembre de 2013

¿Te quiero tanto que te odio o te odio tanto que te quiero?

¿Sabes? Te odio. Te odio porque yo nunca he dependido de nadie, y nunca quise que nadie dependiera de mí. Si no tienes a nadie al lado nadie te puede hacer daño (te lo puedes hacer tú, pero eso es otra historia).

Y de repente apareces en mi vida, con esa sonrisa perfecta, como diciendo que todo va a salir bien, que nada malo puede pasar mientras esa sonrisa siga existiendo. Y fuistes entrando en mí, poco a poco, quizás primero confesándonos un secreto, y confesándonos después una vida entera. Cuando me di cuenta de lo que estabas significado para mí, ya no pude hacer nada. Simplemente necesitaba a alguien.

Y quizás por eso te odio, porque te necesito. Porque mi estado de ánimo puede cambiar junto al tuyo, porque me pones nerviosa, porque con que solo sonrías ya sonrío yo, porque poco a poco te hicistes un hueco en mí que no supe como ocultar.

¿Y sabes que es lo que mas odio? No poder odiarte.

Porque yo no te odio.

Ni un poquito.


lunes, 2 de septiembre de 2013

Después de la guerra...

Sí, después de la guerra hay un día. Te estrecharé entre mis brazos y te demostraré mi amor. Si después de la guerra tengo brazos...

Si después de la guerra existe el amor.