domingo, 7 de diciembre de 2014

La chica que tachaba sus fotos.

Era un autentico aburrimiento tener unos ojos "considerados bonitos", ya que perderás toda belleza que puedas tener en otras partes de tu cuerpo o personalidad. Nunca escucharas lo bonita que es tu risa o lo graciosos que son tus hoyuelos cuando sonríes. Oirás que tienes unos ojos preciosos. ¡Qué ojos tan bonitos!

Esto puede parecer bueno, pero llegará un momento en que te obsesionarás. Te convertirás en unos ojos. Has dejado de ser tú. Te empeñarás en ampliarlos, en sacarlos en todas las fotos que puedas. Porque la gente TIENE que ver tus ojos, porque si no te dicen nada de ellos es que no tienes NADA bueno, aunque no sea cierto.

Simplemente, me he cansado de ser unos ojos.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Tu toque

No me gustan las fotos sin voz propia. No quiero ver a una modelo en un parque sin más, porque me empezaría a preguntar que hace esa chica en ese parque tan vulgar vestida asi y posando de manera tan poco humana.

Yo quiero que sean creibles, que pienses que esa mujer tan guapa podrias ser tu perfectamente. No me gusta hacer fotos a gente que sabe que las estoy fotografiando. Pierde su toque. Cuando ven un objetivo apuntando hacia ellos o se tapan o se ponen a posar y a poner poses que nunca usan realmente. Yo quiero pillarles siendo ellos. Quizás no salen geniales, pero salen siendo ellos. Y eso es genial.

Y simplemente quería contaros esto, porque hay veces que simplemente quiero hablaros, aunque no sepa muy bien quienes sois o si sois.

lunes, 13 de octubre de 2014

La estrella y la mariposa.

Había una vez una estrella que no formaba parte de ninguna constelación, era "una estrella más" en el cielo, Soñaba con que era la estrella central del cinturón de Orion, la esquina de Casiopea o una parte del carro de la Osa Mayor. Veía todos los días a gente maravillada mirando esas constelaciones, y se sentía muy desgraciada  de que nadie le mirase de verdad.

Y había una vez una mariposa que se consideraba así misma la más fea de todas ellas, ya que las demás mariposas se reían de ella. Lo que no sabía era que tenía las alas más bonitas del mundo, pero, al oír los insultos y al no poder verse, lloraba amargamente todas las noches pensando en sus horribles alas.

Pero una noche en la que el cielo estaba despejado, miró al cielo y vio una pequeña estrella enfrente suya. Tenía un brillo especial, y le pareció como si estuviera ahí por ella. Así que, secando sus lágrimas, empezó a hablarle.

La estrella, que se había fijado en esa bella y triste mariposa, se sorprendió al ver que le contaba lo fea que se sentía y lo que le encantaría se tan hermosa como lo era él. La estrella se maldijo por no ser capaz de contestar, pero empezó a parpadear para que supiera que la escuchaba.

La mariposa miró como la estrella parpadeaba y, a duras penas, se movía hacía la izquierda. Cuando paró, se fijó en que se había colocado encima de un charco. Caminó hacia él y, con muchísimo cuidado, se miró en el reflejo.

La estrella miraba feliz como la mariposa observaba sus alas sin creerse que fuesen las suyas.

La mariposa le miró, e intentó llegar hasta él. La estrella a su vez también intentó acercarse, pero llegó un momento en que ninguno de los dos fue capaz de seguir avanzando.

La mariposa exhausta se dejó caer en una roca, y se quedaron mirándose hasta que amaneció. Al día siguiente, no paraba de pensar en esa peculiar estrella. Pensó tanto en ello que no escuchó las risas de las otras mariposas.

Así se pasaron todas las noches, ella observándolo a él sin fijarse en nada más, él mirándola a ella como si nada más existiera.

Y quizás no estaban juntos, pero tampoco estaban solos.


domingo, 5 de octubre de 2014

Los sueños que no conseguimos encerrar en el cajón.

Hubo un chico que quiso ser astronauta, para bajarle la luna a su novia. Pero ella se fue con otro , que en vez de bajarle la luna, le levantaba la mano.

Otra chica quiso ser pintora, pero pasaban los años y sólo consiguió pintar sus muñecas de rojo, titulándole "primer y último cuadro".

Un chaval quería ser futbolista, pero sólo jugaba al fifa, que su madre tardó 3 meses en poder comprar, y aún así se quejaba de ella y su vida.

Había un hombre que soñaba con su guitarra, que un día tocaría su melodía delante de millones de personas, mientras contaba las monedas que la gente del metro le regaló ese día.

Hubo una chica que quiso ser actriz, y actuaba todos los días, fingiendo orgasmos con los fríos hombres que la pagaban y la apagaban.

Un chico quiso ser bailarín, pero descartó la idea desde que escuchaba todos los días la palabra "maricón".

Una chica quería ser atleta, y recorrer los 100 metros liso, pero sólo corría delante de la policía, cuando la pillaban robando en una tienda.

Una niña jugaba a ser científica con sus probetas, aunque lo dejó cuando sus padres se rieron de ese "trabajo para hombres".



Un montón de gente se despierta con la esperanza de conseguir lo que tanto desean, y otro tanto de personas se acuestas con la mirada triste porque ese sueño a huido de ellos, y no han sido capaces de atraparlo.

lunes, 29 de septiembre de 2014

50 cosas sobre mí.

Como no tengo canal de YouTube, y no tengo nada que escribir y me apetece muchísimo escribir, pues hago esto hasta que aprenda de nuevo a actualizar esto.

1-No me gusta el sonido de inicio y apagado de Windows, me saca de quicio.
2-Soy excesivamente sensible pero no me gusta que se vea esa parte.
3-Me cuesta muchísimo decir a la gente que la quiero.
4-Me dan mucho miedo los cambios.
5- No me quejo de los dolores que tenga mucho, si les digo a mis padres que me duele algo es porque hay que amputar.
6-Soy celosa no, lo siguiente de lo otro.
7- Me paso días enteros escuchando la misma canción, y sin cogerla asco.
8- Siempre que cojo un libro leo la primera frase de la página 45.
9- Cuando bailo cierro los ojos para no ver si alguien me mira, porque bailo fatal.
10-No miro a los chicos. Quiero decir, les miro la ropa o los ojos, pero nunca me ha llamado el ir analizándolos.
11- "sonríe, te están mirando" es un lema que cogí hace mucho, y que Oscar transformó en "sonríe, quieren ver lo mejor de ti"
12-Aun no sé cual de los dos lemas quiero.
13-Tengo una caja donde guardo un montón de cartas y de recuerdos. Y estás ahí eres importante.
14-De pequeña no me gustaban los Nenuco, así que yo paseaba por el parque a mi Charmander de peluche.
15-Me gustan las cartas y odio que ya nadie mande cartas.
16-Nunca me han comprado flores, y prefiero que me regalen una flor que cogieron de un parque. Para mí tiene más significado.
17-De pequeña era un bicho raro.
18- Sigo siendolo.
19-Me gusta mucho el otoño.
20-Odio que me mientan, es de las peores cosas que puedes hacer a una persona.
21-Hasta hace relativamente poco yo era "la chica simpatica que ayuda al chico a ligarse a su amiga"
22- Ornitorrinco como declaración de amor.
23-Me cuesta mucho conocer a gente nueva.
24-No me gusta que me hablen chicos que no conozco, me pone muy nerviosa.
25-Tuve una época en la que estuve muy perdida en todo.
26- Al repetir 4º, todos los profesores menos uno me dijeron que repetiría de nuevo y se asombraban de que aprobara los examenes. Aprobé todas (no dejéis que otros hablen por vosotros)
27-Los piropos o halagos hacía mi persona me gustan, pero a la vez no, porque pienso que no lo creen de verdad.
28-Paso demasiado tiempo en mi mundo y demasiado poco en el real.
29-Los besos en la frente o en la cabeza me parecen la cosa más tierna del mundo.
30-Me gusta la fotografía desde que tengo memoria. Simplemente nació conmigo.
31-Soy muy especialita con la comida, por eso odio ir a las casas de la gente a comer.
32-Me gusta estar sola (que no es lo mismo que sentirse sola, eso lo odio)
33-Soy muy infantil. Mucho, muchísimo.
34- Odio las discusiones y los gritos. Es como que me desequilibran. 
35- También me desequilibra que invadan mi espacio vital.
36-Muchas veces no sé como reaccionar hacía las cosas.
37-Tengo un manual de instrucciones de 3 tomos, porque me desequilibran bastantes cosas.
38-Oscar es el único que más o menos sabe manejarme cuando me pasa algo de eso.
39-Durante mucho tiempo quise ponerme lentillas marrones.
40-Cada semana duermo con un peluche diferente para que ninguno se sienta menos querido (¿Veis como si era infantil?)
41-Me meto tanto en los personajes de los libros que si sufren yo estoy triste y decaída hasta que lo termino o ellos mejoran.
42-Sufro parálisis del sueño.
43- En mi cama suele haber 3 o 4 peluches (uno de ellos gigante), 1 o 2 sudaderas (de Oscar) y libros, porque odio dormir sola y eso rellena el espacio que queda.
44-De buena soy idiota.
45-Soy muy paranoica, me monto una películas que emocionarían a Spielberg.
46-No enseño ni mi móvil ni las cosas de mi ordenador. Si has podido ver eso eres jodidamente importante.
47-Me gustan los ojos oscuros, me parecen los más bonitos del planeta.
48-Soy muy perfeccionista conmigo misma, si algo no está perfecto me estreso.
49-Creo que si una persona te dice que estás buena, te halaga, pero si te dice que eres bonita, te enamora.
50-Creo que nunca llegamos a conocernos del todo, y lo odio.

lunes, 30 de junio de 2014

Clic.

Se rompió por dentro. Fue la explosión más grande que pudo haber en décadas. Rebotó por todas las paredes de su cuerpo, masacró órganos, paralizó huesos y desintegró músculos. La convirtió en un cuerpo sin vida, con el alma hecho jirones.

Sin embargo, irónicamente, por fuera sólo se oyó un "clic" minúsculo. Así que el mundo siguió caminando sin más.


domingo, 22 de junio de 2014

Ampútame de ti

Vete, no vuelvas, no te sientas mal. Digamos que yo te doy el honor de echarme de tu vida. No me voy, puedes echarme si quieres, quitarme con un corte. Te doy el derecho a hacerme todo el daño que quieras, a mandarnos a mis demonios y a mí a donde te de la gana.
Siempre lo has querido, siempre los has odiado. Supongo que no te enseñaron a vivir con ellos. A mí sí, se convierten en parte de ti, así que prefiero irme con ellos a que acabes odiándome a mí.

De todas formas no he venido a echarte en cara que no te gusten, porque a nadie les gusta, son demasiado suyos, no caen bien. Supongo que son demasiado parecidos a mí como para odiarlos. No nos guardes rencor,  y nosotros no volveremos a pedir que nos dejes volver.

Sólo te pido una cosa: Si me quitas de un corte, que el corte sea limpio. Si me echas de tu vida, cierra la puerta con llave después de irme. Si me haces daño, no me des esperanzas. Porque eso, los restos de un amor, eso si que duele.

martes, 10 de junio de 2014

...

Le esperó. Le esperó toda su vida. Le esperó en su casa, fuera de su colegio, en sus sueños y también en sus pesadillas. Le esperó de todas las maneras en las que puedes esperar, llorando, riendo, incluso le esperó ignorandole.

Esperó tanto tiempo que se le olvidó comer, dormir o vivir. Vivía para esperar y moría de espera. No pensaba en nada que no fuese eso.

Un día, el llegó, y ella estaba débil, tan débil que le constó reconocerle, pero cuando le vió, simplemente sonrió y dijo "sabia que vendrías".


A veces no somos consientes de que alguien nos espera, o que nosotros mismos esperamos.

viernes, 6 de junio de 2014

El peón

Había una vez un pequeño peón blanco, que no era como los otros peones, al menos no interiormente. Si tú le mirases con los demás, pensarías que son idénticos, pero no. Ese peón le costaba hablar con las demás fichas, no se relacionaba como las demás. No podemos culparle, las otras tampoco intentaron nunca hacerla sentir una más, la martirizaban y ella pensaba que era inferior, incluso inferior de los peones, aunque valiesen lo mismo.

En una partida, todas las demás la ignoraban, pero ella continuó con el juego, intentando ignorarlas. Fue avanzando poco a poco mientras las demás iban cayendo. Cuando se dió cuenta, estaba al otro extremo del tablero, y ya no era un peón, era una preciosa e increible reina. Se miró entera, admirada, viendo como los otros peones la miraba en una mezcla de envidia y admiración. Y ahí se dió cuenta de que no era mejor ahora que antes, que, aunque los demás no se dieran cuenta de ello, ella siempre era una reina, aunque tuviera forma de peón.



No dejes de luchar, porque cuando menos te lo esperes, entenderás la reina que tienes dentro.


domingo, 27 de abril de 2014

El reloj que se comía la esperanza.

Existen muchos relojes en el mundo, pero ninguno como este singular reloj. Este reloj no habitaba en las casas, ni iba en las muñecas de la gente. Este iba dentro de cada uno, como un virus, algo adherido a nosotros.

Su misión era sencilla: vivía de esperanzas o ilusión. Cada vez que esperamos para saber algo importante, o buscamos algo valioso, él está. Acechando. Sus situaciones favoritas son las veces que esperamos a esa persona que nos pone el cuerpo al revés. Cuando más tiempo pasa sin conseguir lo que estemos esperando o buscando, más se alimenta él, hasta que perdamos toda la esperanza de lograrlo.

Es muy fácil saber si está actuando ese infernal reloj: solemos mirar a todos lados aunque lo hayamos hecho hace un segundo, empiezas a respirar pesadamente, tienes miedo, dudas "¿Lo encontraré? ¿Aparecerá?", Nos duele el pecho (o el corazón más bien) y sientes abejas asesinas en el estomago.

Cuando ya no queda más esperanza en la persona, el reloj para, y esa persona, agotada, se rinde en su búsqueda, y se va.

Sólo hay una manera de destruir ese reloj: Encontrando lo que buscas. Apareciendo esa persona a tu lado.

Así que ven.


Por  favor...

lunes, 6 de enero de 2014

Hola, me llamo Blanca Villar y no me conoces.

Hola, me llamo Blanca Villar, tengo 18 años. Nací el 29 de Abril de 1995. Mis padres estaban entre Laura, Cristina, Violeta o Blanca, pero decidieron este último. No tuve ningún tipo de problema al nacer (bueno, dormía como un lirón, pero no se considera un problema grave)

Mi color favorito es el negro y el morado, mi numero el cinco y mi animal el lobo. Me gusta fijarme en los zapatos de la gente.

Llevo converse desde que voy a quinto de primaría, y ropa de tío desde sexto. El 95% de mis cosas en el colegio eran rosas, incluidas las zapatillas y mi habitación. Odio el rosa.

Tengo claustrofobia, me agobio en los sitios demasiado cerrados. También me dan miedo las montañas rusas desde que en disneyland monté en una en la que creí que sería mi tumba. Tampoco puedo dormir con las persianas cerradas.

Me gustan ver las luces de los coches desde los puentes o los sitios altos, o las luces de las casas. Son como las estrellas de las ciudad (si ves una de las pequeñas ventanas apagarse, puedes pedir un deseo)

Me gusta y odio hacer regalos. Me gusta porque me hace feliz pensar el regalo, buscarlo y todo. Lo odio porque siempre tengo el miedo de que no le guste, de que no haya acertado.

Soy perfeccionista.

Doy gracias a Dios, a Buda, a Zeus, o a quien sea por haberme puesto una canción de Eskorbuto en la cabeza y no una de Daddy Yankee.

Me gustan las palabras bonitas (incluida la palabra "bonita") como triste, luciérnaga, lunático, libélula,... Son palabras agradables de escuchar.

Hago cosas raras con la cámara. Hay gente que lo llama fotografía, a mí me gusta llamarlo "explosiones cerebrales". Hay veces que no me sale nada de nada, que no sé que hacer, y ¡pam! Me viene a la mente, me quedo parada, miro un punto fijo sin ver nada realmente. A veces esa idea que viene no me gusta, pero la intento hacer.

Amo leer. No me gusta, no es una aficción. Lo amo. Jamás entenderé a la gente que no le gusta leer. Yo he ido a Hogwarts, a la colina de watership, en Narnia, en Osadía. He estado en todo el mundo y en otros estando en mi cuarto. ¿Cómo no os puede gustar eso?

No puedo sólo ver una película, o sólo escuchando música. Tengo que estar haciendo más cosas, sino me resulta aburrido.

Tengo una forma característica de escribir por WhatsApp. Cada letra doblada y cada "icono" tienen un motivo. Sólo una persona ha descubierto el patrón.


Soy infantil. Lo asumo, admito o lo que queráis. No lo veo un problema. Soy una niña de 18 años, pero lo veo mejor a ser un adulto de 18, y por lo tanto, un anciano de 25.


¿Veis a este bichito tan mono? Se llama Snorly, y a veces me gusta abrazarlo sin más. Le doy los buenos días y las buenas noches. Le cuento mis cosas, igual que a Charmander (Supongo que es otro motivo por el que soy infantil)

No me interesan los seguidores de twitter ni nada de eso, pero si me hace ilusión cuando alguien hace RT a una frase mía. Me hace sentir que alguien comprende esa frase, o que me comprende a mí.




Hola, me llamo Blanca Villar y sigues sin conocerme.