domingo, 19 de abril de 2015

La pequeña bailarina que giraba.

No sabía por qué estaba sola.

Todo el mundo iba en grupo, o al menos en pareja. Pero ella estaba sola.

No sabía por qué estaba sola en medio de la pista.

Giraba sobre sí misma despacio, como si tuviera miedo de perder el equilibrio y caerse. Quizás su grupo no quería bailar y ella sí. Sí, seguramente fuese eso.

No sabia por qué estaba sola en medio de la pista sin bailar.

Observaba a todos, cada pareja y cada grupo, sin dejar de girar. No sabia bailar o no estaba acostumbrada, porque cuando se movía lo hacía con miedo. Tenía miedo a que la gente la mirase y a caerse. A veces giraba con los ojos cerrados, como si no quisiera saber si alguien la miraba o no. Y noté otro miedo, miedo a que nadie la mirase, a que nadie fuera a por ella y se quedase dando vueltas eternamente en aquella pista de baile.

Me fui antes que ella. Seguía bailando o girando, a veces con los ojos cerrados, a veces mirando a los demás. De verdad espero que no se caiga. O que la coja alguien a tiempo.

lunes, 13 de abril de 2015

Sartenazos por amor.

Cuando Oscar y yo empezamos a salir, no nos preguntamos lo típico de "¿quieres salir conmigo?". Después de 2 horas en silencio la pregunta fue "¿Lo intentamos?" y vaya, a día de hoy seguimos intentándolo. Porque tenemos una idea equivocada del amor.

La gente parece que sólo conoce el de las películas, donde da igual todos los problemas, ya que su amor podrá con todo. Bien, bienvenidos al mundo real. El amor no puede con todo.

¡Pero cuidado! No digo que no exista y que, al primer problema, todo se vaya a la mierda siempre, pero el amor solito no puede solucionar todo. No podemos dejar que "lo mucho que nos queremos" sirva. Vuestra pareja os va a desquiciar, vais a querer darle con una sartén en la cabeza muchas veces. Os hará daño, será la persona que más os haga sufrir. Y vosotros a ellos, tampoco sois santos. Y claro, el amor no puede con todo.

No le dejéis carga con todo eso solo. Porque después de todo ese daño, lo vamos a sentir, y lo único que querremos será ir a curarle las heridas. Que el amor hay que alimentarlo, hay que ceder, saber que un "yo te quiero" no es una excusa. Que enamorarse no es ver a esa persona perfecta, sino aprender que sus defectos también pueden hacerte feliz, que tras cada cicatriz que os habéis hecho hay una lección que no se olvida.

Oscar y yo decidimos "intentarlo" hace más de 2 años, y creerme,le he querido dar con una sartén el mismo numero de veces que curarle las heridas.

Pero nos va bien, sí.

Seguimos intentándolo.