miércoles, 17 de abril de 2013

donde caben dos, a veces no caben tres.

¿La querías? ¿Decías que él era tu vida? ¿Entonces por qué les hacéis eso?

Todos sabemos que es poner los cuernos, ya sea porque los hemos sufrido, los hemos puesto, o conocemos a alguien que ha pasado por uno de esos dos puestos. Yo, sinceramente, nunca los he entendido.

Pongámonos en situación: Una pareja. A los meses de salir, él conoce a otra chica. Más guapa, más divertida y más todo. Él se fija en ella, y no consigue quitarsele de la cabeza. Al final consigue que ella se fije en él, y empiezan a estar más tiempo juntos hasta que, al final, él se lanza y la besa.

Precioso, ¿verdad?

Lo sería si nos olvidamos de que ese chico, durante toda esa historia de amor, sigue diciéndole a su novia que la ama y que es su vida. Ahora la historia cambia, y es la parte que no entiendo.
Si empezaste a salir con ella es porque la querías (los que empezáis a salir con alguien sin quererla, ya hablaré de vosotros) y si la querías, ¿por qué no la dejas si aparece otra? ¿Por qué no la ahorras sufrimiento? Ah, claro. Porque te da miedo que te quedes sin ninguna. Y eso es lo más ruin de todo. Porque ella se pasará las noches pensando en ti, y tú te las pasarás pensando en otra. Lo siento, pero un engaño es un engaño, y no hay justificación. No puedes pedir perdón, no puedes pedir que confié en ti otra vez, porque no lo hará, porque si te perdona, no será porque lo haya hecho de verdad, sino porque prefiere vivir con esa espina clavada, sin saber ya si algo de lo que digas es verdad o no, a vivir sin su amor. Es así de idiota.


"Si te gustan dos personas, quédate con la segunda, porque si hubieras estado enamorado de verdad de la primera, no te hubieras fijado en la segunda."

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