jueves, 5 de septiembre de 2013

¿Te quiero tanto que te odio o te odio tanto que te quiero?

¿Sabes? Te odio. Te odio porque yo nunca he dependido de nadie, y nunca quise que nadie dependiera de mí. Si no tienes a nadie al lado nadie te puede hacer daño (te lo puedes hacer tú, pero eso es otra historia).

Y de repente apareces en mi vida, con esa sonrisa perfecta, como diciendo que todo va a salir bien, que nada malo puede pasar mientras esa sonrisa siga existiendo. Y fuistes entrando en mí, poco a poco, quizás primero confesándonos un secreto, y confesándonos después una vida entera. Cuando me di cuenta de lo que estabas significado para mí, ya no pude hacer nada. Simplemente necesitaba a alguien.

Y quizás por eso te odio, porque te necesito. Porque mi estado de ánimo puede cambiar junto al tuyo, porque me pones nerviosa, porque con que solo sonrías ya sonrío yo, porque poco a poco te hicistes un hueco en mí que no supe como ocultar.

¿Y sabes que es lo que mas odio? No poder odiarte.

Porque yo no te odio.

Ni un poquito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario