lunes, 30 de junio de 2014

Clic.

Se rompió por dentro. Fue la explosión más grande que pudo haber en décadas. Rebotó por todas las paredes de su cuerpo, masacró órganos, paralizó huesos y desintegró músculos. La convirtió en un cuerpo sin vida, con el alma hecho jirones.

Sin embargo, irónicamente, por fuera sólo se oyó un "clic" minúsculo. Así que el mundo siguió caminando sin más.


No hay comentarios:

Publicar un comentario